La ciencia confirma vínculo entre Alzheimer y la gastritis

¡Entérate! Expertos de la Universidad Edith Cowan, en Australia, realizaron una investigación en la que confirmaron que las personas con trastornos intestinales podrían tener un mayor riesgo de desarrollar Alzheimer; te compartimos esta información acerca del Alzheimer y trastornos intestinales.

La investigación, que se considera pionera en este hecho, fue publicada en la revista Communications Biology y significa una nueva vía de detección más temprana sobre esta enfermedad.

Los especialistas descubrieron que el común denominador entre los trastornos intestinales y el Alzheimer es un gen, luego de que el estudio investigara grandes conjuntos de datos genéticos del Alzheimer y varios estudios sobre los trastornos intestinales, cada uno de alrededor de 400,000 personas.

Simon Laws, profesor y director del Center for Precision Health explicó que los hallazgos brindan evidencia para respaldar el vínculo “intestino-cerebro”.

Si bien es cierto que anteriormente ya se había dado a conocer que podría haber un vínculo entre estas dos enfermedades gracias a estudios observacionales, hasta ahora no se tenía claro qué era lo que lo sustentabba.

Como dato importante, además de los genes, el estudio de la Universidad Edith Cowan, también encontró que el colesterol es un factor que influye en los trastornos intestinales y en el Alzheimer. Los expertos explicaron que observar características genéticas y biolóticas comunes de las enfermedades, sugiere un papel clave del metabolismo de los lípidos y hay evidencia de que el colesterol puede transferirse al sistema nervioso central.

Entre los trastornos intestinales que tienen relación con esta enfermedad se encuentran la gastritis, enfermedad de úlcera péptica, síndrome del intestino irritable, enfermedad por reflujo gastroesofágico y diverticulosis.

La enfermedad de Alzheimer tiene una evolución sin síntomas de 15 a 20 años antes de que aparezcan los primeros síntomas clínicos.

Cuando esta enfermedad se hace presente, comienza creando cambios neuropatológicos sin que la persona presente malestares. Este proceso podría durar hasta 20 años, y es complejo de detectar; de ahí que este sensor pueda ser vital en la vida de millones de personas en el mundo .

Generalmente, los primeros síntomas comienzan con un deterioro cognitivo leve y más adelante, la demencia, que es cuando el diagnóstico se define.

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ldb