La dieta que recomienda la ciencia para proteger el cerebro
Un estudio preliminar asegura que el consumo de una dieta mediterránea y el ejercicio moderado podrían detener el deterioro cognitivo.
La dieta mediterránea es un patrón alimentario equilibrado, variado y rico en nutrientes esenciales para la salud. Pero además de sus beneficios para el corazón, la piel, el peso y la prevención de enfermedades crónicas, la dieta mediterránea podría tener un efecto protector sobre el cerebro. Ahora, un grupo de investigadores científicos estudiarán la relación entre este tipo de alimentación y el envejecimiento cerebral.
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El nuevo estudio publicado por la revista Journal of Alzheimer’s Disease revela que algunos patrones dietéticos mediterráneos podrían reducir el deterioro cognitivo y propiciar un mejor envejecimiento neurológico.
Los expertos reclutaron a un grupo de personas entre los 60 y 90 años para inducirlos a un programa de intervención dietética y de actividad física. A lo largo de un año, los científicos prestaron especial atención a los biomarcadores ligados al deterioro cognitivo, como los son la regulación de la glucosa, niveles inflamatorios, de nutrientes y estrés oxidativo.
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Aunque el estudio sigue en proceso, se espera que el consumo de una dieta mediterránea y el ejercicio moderado disminuya los riesgos del deterioro cognitivo en este grupo.
Los resultados preliminares sugieren que las personas que sigan una dieta mediterránea mostrarán una mejoría en su memoria y su función ejecutiva, así como una menor atrofia cerebral.
La dieta mediterránea podría actuar como un factor neuro protector al mejorar el metabolismo de la glucosa, reducir la inflamación, aumentar los niveles de antioxidantes y favorecer la formación de nuevas conexiones neuronales. Además, al combinarla con el ejercicio físico, se potenciarían sus beneficios al estimular la circulación sanguínea y la oxigenación cerebral.
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¿De qué se componen las dietas mediterráneas?
La dieta mediterránea es un patrón alimentario que se basa en los alimentos de origen vegetal, el aceite de oliva, el pescado, los frutos secos y el vino con moderación. Esta dieta se inspira en las cocinas tradicionales de los países que rodean el mar Mediterráneo, como Grecia, Italia y España.
La dieta mediterránea tiene muchos beneficios para la salud, especialmente para el corazón. Algunas de sus ventajas son:
Es baja en grasas saturadas y trans, rica en grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas, que reducen el colesterol “malo” y aumentan el colesterol “bueno”. Aporta ácidos grasos omega-3, que tienen efectos antiinflamatorios y previenen la formación de coágulos, antioxidantes, fibra y fitoquímicos, que protegen las células del daño oxidativo y previenen el cáncer.
A demás es moderada en proteínas animales, que se obtienen principalmente de las aves, los huevos, los lácteos y el pescado. La carne roja se consume solo ocasionalmente y en pequeñas cantidades.
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Algunos consejos generalizados la dieta mediterránea son:
- Prepara tus platos con vegetales, legumbres, cereales integrales y frutos secos como base. Añade aceite de oliva para cocinar y aliñar.
- Come pescado al menos dos veces por semana y varía las especies. Elige pescados azules como el salmón, la sardina o el atún, que son ricos en omega-3.
- Consume fruta fresca como postre o entre horas. Evita los dulces industriales y los alimentos procesados.
- Bebe agua como bebida principal y limita el consumo de refrescos azucarados y alcohol. Si bebes vino, hazlo con moderación (una copa al día para las mujeres y dos para los hombres).
Se recomienda consultar con un profesional de la salud en caso de cualquier cambio en tu dieta tradicional.
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