AICCA, el perro robot que es crítico de arte y opera con inteligencia artificial
El artista Mario Klingemann diseñó a AICCA, un perro robot que es crítico de arte que opera con Inteligencia Artificial; es capaz de emitir opiniones sólidas.
AICCA (Artificially Intelligent Critical Canine), un perro robot crítico de arte, es la prueba de los alcances cada vez mayores en la sociedad de la Inteligencia Artificial (IA), la cual, con ayuda de algoritmos, tiene el propósito de que las máquinas tengan las mismas capacidades que el ser humano.
En Japón, Corea del Sur y hasta en Canadá ya podemos encontrar a robots atendiendo a personas en centros comerciales, cines, museos y cafeterías, pero ahora AICCA revolucionó nuevamente la tecnología y la ciencia, ya que es capaz de emitir una opinión sólida, sin tener una influencia de por medio, puede analizar y argumentar.
Sí, AICCA es un perrito robot crítico de arte y aunque es definido por su creador Mario Klingemann como una “escultura performativa”, es capaz de reconocer obras de arte, a partir de lo que se ha observado antes y desde su punto de vista emite una crítica sobre su composición, color y forma, todo esto, gracias a la ayuda de la Inteligencia Artificial (IA).
Finalmente puedo revelar mi última creación: AICCA, el crítico de arte en el cuerpo de un perro
-escribió Mario Klingemann en Twitter.
Finally I can reveal my latest creation: A.I.C.C.A., the art critic in the body of a dog: https://t.co/RGl3X4UjrO
— Mario Klingemann💧💦 (@quasimondo) June 7, 2023
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¿Cómo es AICCA, el perro robot crítico con IA?
El creador Mario Klingemann, de origen alemán, presentó el robot AICCA en Espacio SOLO, museo privado en Madrid, España, con el objetivo de mostrar los alcances que tiene la IA en el arte. El perro robot tiene pelo blanco y se encuentra en una plataforma con ruedas.
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¿Cómo funciona AICCA?
El pequeño perro robot que opera con Inteligencia Artificial recorre los pasillos del museo y se detiene a analizar las obras de pintura. Tras pocos minutos, expulsa un papel de su parte trasera con su opinión del cuadro.
Antes de este resultado, el robot capta la imagen con una cámara entrenada para ver cuadros y situada en uno de sus ojos. Después almacena imágenes en el pequeño ordenador de su interior para después enviarlas a la nube, para que se genere un ‘prompt”, palabra que define en inteligencia artificial las indicaciones a seguir previas a realizar una acción.
El perro analizó uno de los cuadros ubicados en el espacio artístico, la pieza #18, de David Oliver, que firma como Grip Face. La opinión que lanzó fue la siguiente:
Está colapsado, el cuerpo parece estar en un estado de colapso perpetuo, como si todas las articulaciones hubieran sido retorcidas
-dice el papel con su opinión.
Según el creador del perro robot, la intención es que AICC tenga un vocabulario pretencioso e imite la forma de hablar de los críticos de arte.
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