De dónde vienen los sabores artificiales
Gran parte de los productos que consumimos contienen sabores artificiales, los cuales han generado algunos mitos en relación a la salud.
Los sabores artificiales son todo un tema dentro de la alimentación; sin embargo, poco a poco han aumentado su presencia dentro del mercado, pero ¿de dónde vienen los sabores artificiales?
A ciencia cierta, se desconoce una teoría concreta sobre su origen, sin embargo, se sabe que el primer sabor creado artificialmente fue el del plátano, luego de que una plaga eliminara por completo una variante, Gros Michel, que comenzó a extinguirse tras la enfermedad del hongo Fusarium oxysporum, o ‘mal de Panamá', en el siglo XX.
Tras su escasez, los productores comenzaron a reemplazarla con otra cepa de plátano, Cavendish, aunque todavía conservaba un sabor diferente a la original. Fue así como los sabores artificiales comenzaron a nacer.
Este nuevo cultivo que tenía la intención de imitar el sabor de la fruta Gros Michel comenzó a ser perfeccionado en cada una de sus cosechas hasta alcanzar un sabor similar. No obstante, debido al método de su cosecha, especialistas indican que no precisamente se trató de un sabor ‘falso’, como normalmente se les llaman a los saborizantes artificiales.
En relación a ello, surgieren que en la actualidad los sabores artificiales llegan a presentar una composición química parecida al alimento original.
Pese a ello, todavía existe una ligera diferencia dentro del sabor, ya no que no llega a ser exactamente el mismo debido a otros factores, como el proceso de la maduración.
Por otra parte, profesionales en alimentos señalan que las industrias encargadas de realizar este tipo de productos con sabores artificiales se han encontrado con desafíos para que las sustancias volátiles se liberen justo en el momento que es consumido por una persona.
Ante ello, han recurrido a algunos métodos químicos como la ‘encapsulación', la cual consta encerrar los sabores dentro de una matriz de grasa vegetal y posteriormente se libere de un sólo golpe o por etapas mientras se consume el producto.
En suma, los sentidos y la psicología juegan un papel importante dentro de los sabores artificiales, pues son los encargados de identificar los sabores ‘auténticos’ de cada producto.
“El color de los alimentos, el lugar donde los comemos y lo que nos dicen sobre ellos puede afectar a nuestra percepción del sabor”, señala Charles Spence, profesor de psicología experimental en la Universidad de Oxford, ante medios internacionales.
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