La famosa colonia de la CDMX que fue construida sobre un cementerio
El Panteón de Santa Paula en la CDMX funcionó entre 1784 y 1824, fue un recinto que albergó los restos de numerosas personas en lo que ahora es Tlatelolco
Entre las históricas colonias de la CDMX , destaca la emblemática colonia Guerrero, un lugar con profundas raíces que se levanta sobre un pasado cargado de historias y misterios. Esta colonia, localizada en la alcaldía Cuauhtémoc, se ha convertido en el epicentro de relatos sobre su origen y las leyendas que rodean su construcción en terrenos que en algún momento fueron un cementerio. El Panteón de Santa Paula, que funcionó entre 1784 y 1824, fue un recinto que albergó los restos de numerosas personas en lo que ahora es la Unidad Habitacional Tlatelolco.
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El Panteón Santa Paula, que fue el primer recinto para albergar cadáveres en la Ciudad de México, se encuentra ubicado en lo que hoy conocemos como la Unidad Habitacional Tlatelolco . En un principio, sólo se dedicaba a albergar a los muertos por cólera, pero en 1836 fue declarado cementerio general, en el que muertos de todas las clases sociales buscaban ser sepultados. Esto llevó a la saturación del cementerio y, por ende, a su clausura. La urgencia por comenzar a urbanizar esa zona impidió que todos los restos fueran exhumados, por lo que se inició la construcción de la colonia Guerrero con los cadáveres enterrados.
El Panteón Santa Paula fue construido en 1784 y fue el primer cementerio público de la CDMX. Se encuentra en la calle de Moctezuma, en la colonia Guerrero , y es considerado uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad. En su época, fue el lugar de descanso final de muchas personalidades importantes, como el poeta José Joaquín Fernández de Lizardi y el científico José Antonio Alzate.
A lo largo de los años, el Panteón Santa Paula ha sido objeto de diversas investigaciones y estudios arqueológicos. En 2004, se llevó a cabo un estudio arqueológico de factibilidad por parte de la Dirección de Salvamento Arqueológico del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), en el que se encontraron restos humanos y objetos funerarios.
Hoy en día, las calles y edificios de la Colonia Guerrero albergan la memoria de este panteón olvidado. Aunque sus últimos vestigios se desvanecieron en 1964, el Panteón de Santa Paula sigue siendo parte integral de la historia de la ciudad. Su legado resuena como un recordatorio de la fragilidad de la vida, la trascendencia de la memoria y la transformación constante que define a la CDMX.
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