La explicación del final de La sustancia que pocos entienden al ver la película
La sustancia ha cautivado al público con su intrigante trama y su enigmático final, que ha dejado a muchos espectadores con dudas; conoce su explicación.
La película La sustancia ha cautivado al público no solo por su intrigante trama, sino también por su final enigmático, que genera más preguntas que respuestas entre los espectadores . Ante la confusión que puede surgir al concluir la proyección, esta nota ofrece una explicación detallada que busca desentrañar el significado de los eventos y elementos clave de la historia.
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¿De qué trata La Sustancia?
Distribuida por Mubi y protagonizada por Demi Moore y Margaret Qualley, este film ha sido aclamado por la crítica, especialmente tras ganar el premio a Mejor Guión en el Festival de Cannes.
Dirigida por Coralie Fargeat, esta cinta de terror corporal critica ferozmente la obsesión de Hollywood con la juventud y la belleza, explorando las brutales consecuencias de buscar la perfección a cualquier costo.
En el clímax de la película, Elizabeth (Moore) decide contactar al proveedor de la sustancia con la intención de poner fin a su relación con su otra yo, Sue. Sin embargo, cuando enfrenta a su versión joven, se siente abrumada por el arrepentimiento.
Este enfrentamiento culmina en una lucha brutal, donde Sue, en un giro trágico, termina matando a Elizabeth para que su versión prevalezca. Pero este acto tiene profundas implicaciones, ya que al eliminar a Elizabeth, elimina a la esencia que le da vida.
El final de La sustancia explicado
El final de La sustancia es impactante. Tras inyectarse el medicamento, Sue da a luz a una versión monstruosa que fusiona las identidades de ambas. Esta nueva forma busca la admiración, pero es atacada por quienes antes la alababan, lo que pone de relieve la superficialidad de los estándares de belleza impuestos por la sociedad.
La transformación de Sue en un “monstruo” simboliza el alto costo de la búsqueda de la perfección y el vacío que esta puede generar, ofreciendo así una profunda reflexión sobre la identidad, la belleza y la aceptación personal.
En el desenlace, Elizabeth aparece en un estado residual, arrastrándose hacia su estrella en el Paseo de la Fama. A pesar de su condición, parece encontrar una forma de paz, aunque su camino hacia la aceptación ha estado lleno de obstáculos que la llevaron a la autodestrucción.
Coralie Fargeat, en una entrevista con Entertainment Weekly, explica que este final representa la liberación de la protagonista de su cuerpo y apariencia, sugiriendo que finalmente se acepta tal como es. Demi Moore, quien interpreta a Elizabeth, refuerza esta interpretación al señalar que su personaje alcanza un estado de libertad del que antes estaba prisionera. Según sus palabras, “se disuelve en la nada, de donde todos venimos”.
Margaret Qualley añade que la transformación en monstruo es un punto de inflexión para Sue, permitiéndole experimentar el amor por primera vez y aceptarse plenamente.
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