No solo los pasteles, los revendedores del Costco ahora van por los pollos rostizados
Los pollos rostizados de Costco ahora son objeto de codicia por parte de revendedores que han elevado los precios hasta cifras como los 400 pesos
En medio de la persistente controversia por la reventa de productos de Costco , los revendedores han desplazado su atención de los pasteles a los codiciados pollos rostizados, generando un nuevo debate sobre ética comercial y derechos de los consumidores.
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La temporada pasada estuvo marcada por la escandalosa reventa de rosca de Reyes, pero ahora el foco se ha desplazado hacia los productos más cotidianos de la tienda, en particular, los pollos rostizados. La “guerra” entre clientes minoristas y mayoristas de Costco parece no tener fin, alimentando la creación de nuevos negocios independientes que, en última instancia, contribuyen a la escasez de productos durante festividades como Navidad, Fin de Año y Día de Reyes.
Los reclamos de los minoristas giran en torno a su derecho a adquirir mercancía por el simple hecho de pagar su membresía, cuestionando la necesidad de hacer filas extensas para reducir el riesgo de quedarse sin productos esenciales. La consecuencia inevitable es que, ante la posibilidad de quedarse sin sus compras, los consumidores se ven obligados a recurrir a la reventa en la calle o mercados virtuales, donde los productos pueden llegar a venderse hasta tres veces más caros.
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¿Cuánto cuestan los pollos rostizados del Costco?
Uno de los productos más afectados por esta nueva ola de reventa es el famoso pollo rostizado de Costco, originalmente ofertado por la tienda a aproximadamente 148 pesos. Los revendedores, sin embargo, han identificado una lucrativa oportunidad al reofertar estos pollos en redes sociales, incluso ofreciendo beneficios adicionales como refrescos de regalo y entrega a domicilio.
La escalada de precios es evidente, llegando a ofrecerse el pollo rostizado en "$440 pesitos y de regalo una Coca de 3 litros para disfrutar”. Este fenómeno ha desencadenado un amplio debate en las redes sociales, con algunos usuarios expresando su descontento y frustración por los precios exorbitantes, mientras que otros defienden la práctica como una estrategia de negocio legítima, resaltando la conveniencia y el valor agregado que ofrecen los revendedores.
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