¿Los gatos te vuelven propenso a un mayor riesgo de esquizofrenia?
Podría haber factores familiares que influyen tanto en la posesión de gatos como en la predisposición genética a enfermedades mentales como la esquizofrenia
Un reciente estudio sugiere que la convivencia con gatos durante la infancia podría estar vinculada a un mayor riesgo de desarrollar esquizofrenia y trastornos relacionados. La investigación, una exhaustiva revisión de estudios existentes, señala que la asociación podría estar relacionada con la exposición al parásito Toxoplasma gondii, comúnmente alojado en los gatos.
Suscríbete a nuestro canal de Telegram y lleva la información en tus manos.
T. gondii, un protozoo parásito, requiere a los gatos para completar su complejo ciclo de vida, pero infecta a otros animales, como roedores, para llegar a ellos. Una vez dentro del huésped, el parásito altera el comportamiento para facilitar su transmisión a través de la cadena alimentaria. La exposición a T. gondii puede ocurrir mediante mordeduras de gato, contacto con heces, consumo de carne cruda o agua contaminada. Si bien las infecciones humanas son generalmente benignas, algunos estudios sugieren que podrían tener efectos duraderos en la salud cerebral .
Te recomendamos leer: ¡Confirmado! Los gatos son la compañía ideal
Posesión de gatos en la infancia
La investigación, llevada a cabo por científicos australianos, analizó 17 estudios realizados en 11 países durante 44 años. Los resultados, publicados en la revista Schizophrenia Bulletin , revelan una “asociación positiva significativa” entre la posesión de gatos en la infancia y un mayor riesgo de trastornos vinculados con la esquizofrenia. Aun después de ajustar por otros factores, se observó que la probabilidad de desarrollar esquizofrenia se duplicaba en aquellos que tuvieron gatos durante su crecimiento.
El psiquiatra Brent Kious, de la Universidad del Instituto de Salud Mental Huntsman de Utah Health, considera que la investigación proporciona “evidencia convincente de una asociación”, aunque destaca que la mayoría de los estudios son retrospectivos, limitando la capacidad de establecer una relación causal definitiva.
Kious señala que la esquizofrenia es una condición rara, afectando aproximadamente al 0.32% de la población mundial. Aunque el riesgo relativo asociado con la convivencia con gatos durante la infancia es notable, el riesgo absoluto de esquizofrenia sigue siendo bajo.
La hipótesis de que T. gondii pueda influir en el desarrollo de la esquizofrenia parece plausible, ya que los quistes en el cerebro podrían afectar la liberación de dopamina y provocar inflamación, ambos vinculados a la patogénesis de la esquizofrenia.
A pesar de la asociación encontrada, se necesita más investigación para confirmar el vínculo entre los gatos, T. gondii y la esquizofrenia.
adn40 Siempre Conmigo. Síguenos en Showcase de Google y mantente siempre informado.