El verdadero propósito del empresario: Ricardo B. Salinas Pliego
Se ha hablado mucho sobre el verdadero propósito del empresario. Yo les quiero compartir mi perspectiva, que puede ser más válida al ser un empresario.
Ricardo Salinas Pliego, fundador y presidente de Grupo Salinas, que es un conjunto de algunas de las empresas más destacadas de México en los sectores de comercio especializado, servicios financieros, telecomunicaciones y medios de comunicación, habla acerca del papel del empresario en México.
A través de su liderzgo en Grupo Salinas que emplea a más de 110,000 personas en seis países, Salinas Pliego explica los retos y los propósitos que debe tener un empresario.
El verdadero propósito del empresario
Se ha hablado mucho sobre el verdadero propósito del empresario. Yo les quiero compartir mi perspectiva, que puede ser más válida. ¿Por qué? Porque yo soy un empresario exitoso y he reflexionado ampliamente cuáles han sido mis decisiones que me han llevado a ser, y he estudiado ampliamente a otros empresarios que considero de éxito.
La inmensa mayoría de las personas piensa que lo único que nos interesa a los empresario es ganar dinero y así nos juzgan y “ejecutan inmediatamente en sus mentes. Algunos pocos afirman que su principal objetivo es el beneficio social: mejorar la comunidad, el país o el mundo. Otros consideran que su propósito es crear empleos y pagar impuestos.
Todos estos puntos de vista son falsos o, en el mejor de los casos, verdades a medias.
Para mí, el propósito de ser empresario se resume de la siguiente manera, :
• Tengo sueños, aspiraciones y propósitos en mi vida, pero para lograrlos necesito dinero.
• Para ganar ese dinero (sin recurrir al crimen ni despojar violentamente o a través de impuestos, a otros de sus propiedades), debo intercambiar algo que tengo yo poseo o produzco, por algo que otros poseen. Es decir, debo trabajar para el prójimo.
• El empresario que resuelve problemas y mejora la vida de otros, gana dinero porque sus clientes (esos otros), de manera voluntaria y entusiasta, le pagan por considerarlo la mejor opción disponible en ese momento y lugar para satisfacer sus necesidades.
• Así, con el dinero obtenido por ese intercambio, el empresario puede satisfacer sus propias necesidades y cumplir sus propios sueños.
“Es el intercambio pacífico y creativo entre personas lo que genera la riqueza del empresario y el bienestar de sus clientes”
Si lo analizamos con más detalle, las cosas funcionan así:
• La motivación principal del empresario es satisfacer sus propias necesidades y proyectos.
• Para ello, necesita adquirir recursos, es decir... dinero, tiempo, mano de obra, infraestructura, etc. Invertir en estos recursos, prepararlos, conservarlos y aumentarlos.
• Para conseguir ese dinero y recursos, debe anticiparse a las necesidades presentes y futuras de sus potenciales clientes.
• Decidir en invertir tiempo, dinero, esfuerzo, contratar personas, pagar derechos al poder establecido y, en general, asumir toda clase de riesgos para alcanzar este propósito.
• Asumir riesgos es la característica única que define al empresario, y es precisamente lo que los marxistas no comprenden al proponer la teoría del valor-trabajo. Los trabajadores del empresario no asumen riesgos: tienen la certeza de cobrar por su labor mediante la nómina.
• El empresario, en cambio, no tiene certeza de nada. Los costos del empleo, los impuestos y los pagos al poder no son más que elementos adicionales de su proyecto para satisfacer las necesidades de sus clientes.
• El bien común es una consecuencia directa de que los proyectos de los empresarios tengan éxito, y por lo tanto generen riqueza y prosperidad incluyente.
Para construir una sociedad próspera, donde los clientes puedan acceder a todo tipo de bienes y servicios, es indispensable un entorno de amplia libertad. Este entorno fomenta la acción creativa e innovadora de los empresarios, quienes desarrollan productos y servicios novedosos. En el proceso, se genera competencia constante, lo que conduce a una mejora continua de la oferta en el mercado y por lo tanto en el precio.
Así es como se alcanza la prosperidad para todos.
Este proceso, que acabo de describir, es completamente natural y ocurre de manera espontánea, sin necesidad de planeación central. Por el contrario, la intervención innecesaria y perjudicial de los gobiernos es la principal causa que frena este proceso creativo y natural.
Regulaciones como licencias de uso de suelo, permisos para operar, monopolios estatales, pagos al seguro social, salarios mínimos altos, límites de horas de trabajo, licencias sanitarias, restricciones a la comunicación y otras leyes similares son obstáculos que dificultan la creación y operación de empresas diseñadas para satisfacer las necesidades de la población.
Por otro lado, el Estado y los “Gobiernícolas” son pésimos empresarios, precisamente porque nunca asumen riesgos. Administran el tiempo y los recursos provenientes de los impuestos como si fueran suyos, pero, cuando un proyecto fracasa, ¡no pierden nada! Incluso en iniciativas absurdas como el Tren Maya, la aerolínea fallida Mexicana, el carrito eléctrico Olinia, el internet para todos de Altán, el gas bienestar, etc... los Gobiernícolas siempre ganan, y los que pierden son los Mexicanos.
Se auto asignan altísimos sueldos por puestos que no generan valor, contratan a familiares y amigos que no tienen preparación alguna quienes hacen lo mismo ellos con sus amigos, y disponen de los recursos públicos sin ninguna consecuencia. Cuando inevitablemente todo falla y sus “empresas” están al borde del colapso por una pésima administración, imponen privilegios monopólicos que eliminan la competencia, como en los casos de PEMEX y la CFE.
Si queremos un futuro de prosperidad para todos, es indispensable eliminar a los Gobiernícolas de la ecuación y dejar que los empresarios hagan lo que saben hacer mejor: crear prosperidad para todos.