Adiós a la inocencia. Bitácora de Guerra por Hannia Novell

Bitácora de Guerra por Hannia Novell : La infancia es, para muchas personas, una colección de recuerdos alegres. Los años maravillosos en los que no hay lugar para las desgracias.

Pero hay niñas y niños que son despojados de la inocencia, porque no pueden escapar a las condiciones de pobreza con las que nacieron, ni huir de la crueldad y la violencia a la que están expuestos.

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La Estrategia Nacional para la Prevención del Embarazo en Adolescentes iniciada en 2015, por ejemplo, ha surtido efecto en México.

Una publicación reciente del Consejo Nacional de Población (Conapo) revela que han disminuido las tasas de embarazos entre las niñas y adolescentes de 15 a 19 años. Además, cada vez es menos frecuente que las niñas tengan dos o más hijos antes de cumplir los 14 años.

Estas referencias demuestran el avance de los derechos sexuales y reproductivos en nuestro país, pero otras estimaciones demuestran que aún hay un largo trecho por recorrer.

De acuerdo con las cifras del Conapo, la maternidad entre niñas de 10 a 14 años ha aumentado y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) va más allá, al señalar que cada día mil adolescentes y niñas mexicanas quedan embarazadas.

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Se trata de niñas madres a quienes les fue arrebatada la inocencia y sus sueños se han hecho trizas. Niñas y adolescentes que son obligadas a ser mujeres adultas, sin posibilidades reales de obtener logros educativos, que se incorporan al mercado laboral de manera informal, sin acceso a la seguridad social ni a un sistema de pensiones.

La tasa de fecundidad forzada de niñas de 12 a 14 años es mayor en zonas rurales que en zonas urbanas y los padres de sus hijos son generalmente mayores que ellas: 37 por ciento tienen entre 15 y 19 años y 18 por ciento se ubican entre los 20 y 24 años.

Los estados de Chiapas, Tabasco, Coahuila y Guerrero concentran el mayor número de casos de niñas y adolescentes embarazadas que viven en situación de pobreza y marginación, que no pueden tomar decisiones sobre su vida sexual ni su salud reproductiva. 

No eligen sostener encuentros sexuales con sus parejas, porque son violadas por padrastros, tíos o vecinos; tampoco eligen quedar embarazadas, porque no tienen acceso a preservativos, píldoras del día después ni a la interrupción legal del embarazo. La violencia sexual, la pobreza y la ignorancia juegan en contra de su futuro y de sus ilusiones.

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Resulta indispensable fortalecer la educación sexual integral al interior de las familias y en las escuelas, para que las niñas conozcan el funcionamiento de su cuerpo, identifiquen y denuncien las situaciones de abuso; que también tengan acceso a anticonceptivos gratuitos que las ayuden a planificar la maternidad; y que decidan sobre el propio cuerpo, en un ejercicio pleno de derechos.

Es preciso realizar una mirada profunda a las distintas realidades que todos los días enfrentan las niñas y los niños en México, que sociedad y autoridades se niegan a confrontar porque aún somos incapaces de garantizar su desarrollo pleno y el acceso a sus derechos a la educación, la salud y la movilidad social.

Bitácora de Guerra por Hannia Novell.
@HanniaNovell

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