¡Hasta nunca COVID! (espero) A Debate por Daniel Jacobo
A debate por Daniel Jacobo: Con el fin de la emergencia sanitaria por COVID-19, solo queda el recuerdo de los años más inciertos que hemos vivido, ¿Aprendimos algo?
A Debate por Daniel Jacobo: El 30 de enero de 2020, el director general de la Organización Mundial de la Salud declaraba el inicio de los días más extraños y retadores que tendría la humanidad en el porvenir: la COVID-19 era una emergencia de salud pública de importancia.
Poco más de un mes después, el temor incrementó cuando el 11 de marzo se declaró como pandemia.
Más de tres años después, tanto la OMS como el Gobierno de México decretaron el fin de la emergencia sanitaria, no sin dejar atrás sus efectos negativos en lo sanitario, económico, social y psicológico.
Pero, ¿aprendimos algo de la pandemia?
LOS NÚMEROS
De acuerdo con cifras de la OMS, el número total de contagios a nivel mundial ha rebasado ya los 765 millones; casi el 10% de la población mundial, mientras que el número de muertes se cuenta casi en 7 millones.
En nuestro país, hasta el 8 de mayo los contagios sumaban 7.5 millones y 333 mil 961 defunciones.
Para estas fechas, contamos con infinidad de vacunas, lo que ayudó a reducir, por un lado, los síntomas de quienes resultaron contagiados y a su vez, también se redujo el número de muertes.
Y aunque no parezcan cifras “tan malas”, la realidad de cada uno de nosotros fue completamente modificada.
Lee más de Daniel Jacobo: ¿Qué música debería gustarnos?
EL ENCIERRO
El 2020 es quizá el peor año que muchos hemos vivido en nuestras vidas: de pronto algunos quedaron encerrados en sus casas sin saber cuándo podrían volver a salir, nuestras dinámicas de convivencia se redujeron a un solo espacio y las de consumo, a través de una sola vía, el internet.
Una de las mayores incertidumbres fue, sin duda: ¿cuándo va a terminar esto? Yo me lo pregunté en más de 10 ocasiones.
Pero tal vez la más grande pregunta que todos nos hicimos en su momento fue: ¿para qué sirve ese tapete?
Y es que el pánico que nos generó el desconocimiento del virus, nos orilló a locuras como agotar todo el papel higiénico de los supermercados; bañar con desinfectante LAS BOLSAS DEL SÚPER; usar cubrebocas (y algunos hasta doble cubrebocas) dentro de nuestras habitaciones en las que estábamos solos; y si, creer que el tapete desinfectante ayudaría de alguna forma a evitar que nos contagiáramos del virus.
EL FIN, ¿POR FIN?
Hoy se cierra un capítulo en la historia de la humanidad, uno de los más horrendos que nadie jamás imaginó vivir.
Nunca antes había sentido tan presente la posibilidad de la muerte, la soledad y la incertidumbre por el futuro; pero lo superamos.
Desde luego, no todos lo superamos sin el dolor de perder a alguien o de perdernos a nosotros mismos ante la abrumadora carga de información confusa y cambiante de un día para otro (porque un día el cubrebocas funcionaba al cien, pero al otro no, y si te comprabas los de válvula no estabas a salvo, pero no podías dejar de usarlo porque todos te señalaban como el irresponsable).
Puedes leer más de Daniel Jacobo: ¿Hay que temerle a la Inteligencia Artificial?
Este lunes (8 de mayo), el Washington Post publicó un episodio de su podcast Post Reports, llamado Why are we forgetting the pandemic already? (¿Por qué estamos olvidando tan pronto la pandemia?), y la respuesta es: ¿por qué no?
Ahí se pueden escuchar historias de personas para quienes ha pasado mucho tiempo desde el COVID-19, pero también para quienes no ha pasado tanto.
A DEBATE
Hace una semana vi a dos personas caminando solas por una calle desierta, de noche, paseando a su perro; los dos traían cubrebocas. ¿Aprendimos?
Aún se pueden ver algunos restaurantes con “geles” desinfectantes (más chiclosos que nada) y tapetes (o en el peor de los casos, jergas) en la entrada con el objetivo de “desinfectar” ¿Aprendimos?
Incluso podemos ver algunos negocios, locales o centros de servicios en los que el cubrebocas es obligatorio, ya sea para sus clientes, para los trabajadores o para ambos, pero nada se ha hecho por mejorar la ventilación de esos mismos espacios. ¿Aprendimos?
El temor de lo incierto no puede cegarnos ante la experiencia de lo que hemos vivido, porque nos ata de manos sin tener la posibilidad de vivir con la libertad de haber superado este reto.
Coloquialmente, en Twitter, se les llama “adictos a la pandemia”, por ser excesivamente “precavidos”, pero no tendríamos que ser así si realmente entendemos cómo y por qué lo superamos. Por eso, la pregunta es: ¿Aprendimos?
La pregunta, A Debate.
Por Daniel Jacobo
@soy_camel
adn40 Siempre Conmigo.