Violencia y racismo: empleadas domésticas en México
78% de empleadas domésticas mantienen entre uno y dos hijos. Muchas de ellas trabajan en condiciones laborales que recuerdan a la esclavitud.
Cuando la Corona Española abandonó territorio mexicano después de la independencia, se estableció que la colonia había terminado. Sin embargo, las prácticas de racismo heredadas de nuestros colonizadores permanecen hasta nuestros días.
Trascendió en 2015 que en un exclusivo fraccionamiento de Guadalajara, los colonos pidieron a las autoridades prohibir las “aglomeraciones” en un parque cercano. La razón: los domingos se reunían decenas de trabajadores domésticas para organizar días de campo en las inmediaciones del lugar.
De acuerdo con resultados de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, en nuestro país existen 2.2 millones de personas que se dedican al trabajo doméstico. Del total de personas que se desempeñan en este empleo, 95% son mujeres y 78% mantienen entre uno y dos hijos.
Las relaciones laborales con las que trabajan las empleadas domésticas en la República Mexicana son altamente cuestionables. Se estima que 96% de trabajadoras domésticas no tienen prestaciones ni están dadas de altas ante los regímenes de impuestos correspondientes. Los sueldos rozan el salario mínimo e, incluso, podría llegar a ser más bajo.
_Racismo mexicano en potencia_
El trabajo doméstico en México es catalogado en el imaginario popular como un trabajo que realizarían personas con orígenes indígenas o negros. Incluso, en los años setentas, la película María Isabel retrató el racismo simbólico que viven las empleadas domésticas aunque, curiosamente, el personaje fue interpretado por una persona blanca.
Mientras que México “niega sistémicamente su racismo”, las condiciones de trabajo de las empleadas domésticas son temas que apenas se llegan a tocar en la conversación de la esfera pública. Han trascendido recientemente videos en los que se visibiliza la discriminación que viven las trabajadoras del hogar.
rsj