Fentanilo, veneno mortal. Bitácora de Guerra por Hannia Novell

Bitácora de Guerra por Hannia Novell: En México hay indicios de una creciente epidemia de metanfetaminas. No sólo se ha multiplicado la instalación de laboratorios clandestinos en territorio nacional, sino que el número de consumidores y personas fallecidas por sobredosis ha crecido de forma alarmante en los estados del norte del país.

Las impactantes imágenes que hemos visto en numerosos barrios y ciudades de Estados Unidos podrían repetirse en México: hombres y mujeres, jóvenes y adultos mayores deambulando por las calles como zombis, rascándose frenéticamente la cabeza, inmóviles y con la mirada perdida, caminando sin rumbo, con gestos de horror y gritos de auxilio.

En el vecino país del norte, los números no sólo son causa de alarma y preocupación. Se trata ya de un grave problema de salud pública, dado que la crisis de opioides ha cobrado la vida de más de 932 mil víctimas en los últimos 22 años. Sólo en 2020 murieron 136 personas adictas al día, según la página oficial de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades.

Muchas drogas ilegales, como la heroína, la cocaína, las metanfetaminas y el éxtasis, así como las pastillas falsificadas de opioides recetados, pueden mezclarse con fentanilo con o sin el conocimiento de las personas, quienes no podrían identificar un olor o sabor específico en el fentanilo.

Hay un riesgo adicional: el consumo de más de una droga. No importa si es en forma deliberada o accidental, si las personas mezclan estimulantes, como el éxtasis y la cocaína, corren el riesgo de sufrir accidentes cerebrovasculares y ataques al corazón; mientras que mezclar opioides con otros depresores, como las benzodiazepinas o el alcohol, puede provocar un daño cerebral grave y hasta la muerte, debido al efecto casi instantáneo en la desaceleración de la respiración.

En México, la ONU, a través del Departamento Internacional de Fiscalización de Estupefacientes, advirtió desde 2016 que el uso de metanfetaminas se multiplicó por nueve al pasar del 0.1 al 0.9 por ciento, sólo entre 2002 y 2016. Para 2020, la advertencia fue contundente: hay indicios de una creciente epidemia de metanfetaminas.
De acuerdo con dicho informe, las ciudades fronterizas de Baja California, Chihuahua y Sonora son las que registran el mayor número de consumidores de heroína y metanfetamina. Desafortunadamente, se trata de consumidores de sustancias múltiples como la heroína blanca en polvo (93 por ciento), heroína negra (40 por ciento) y el speed ball, una combinación de heroína y metanfetamina cristalina (100 por ciento).

Sólo en Baja California, la asociación civil Verter detectó en 2021 un total de 464 casos de sobredosis por fentanilo. La mayoría de las víctimas fueron hombres, eran mayores de 34 años y “vivían” en “picaderos”, es decir, en espacios públicos como terrenos baldíos abandonados, utilizados por personas en situación de calle.
Cada vez hay más laboratorios ilegales en México, donde carteles del narcotráfico como el de Jalisco Nueva Generación, el Cártel de Juárez, el Cártel del Golfo, Los Zetas y los Beltrán Leyva procesan el fentanilo que entran ilegalmente al país, provenientes de China e India.

Por lo tanto, nuestro país se ha convertido en un país exportador, un territorio de paso que también ha creado un incipiente mercado de consumidores, afectando a quienes usan drogas inyectables que viven en las zonas fronterizas.

Estamos a tiempo de evitar que la crisis de opioides llegue a México. Hacen falta acciones concretas de salud pública, sin prejuicios ni discursos moralinos.

Bitácora de Guerra por Hannia Novell.
@HanniaNovell

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hcj