Herpes zóster: Una enfermedad silenciosa que causa dolor intenso y puede reactivarse años después, advierte especialista

En exclusiva con adn40, la doctora Gloria Huerta habla sobre el herpes zóster, enfermedad viral que afecta a niños y adultos con dolores intensos y sarpullido

Actualizado el 16 diciembre 2024 15:59hrs 3 minutos de lectura.
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Escrito por: Adriana Juárez Miranda
Herpes zóster
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En entrevista exclusiva con adn40, la doctora Gloria Huerta, infectóloga pediatra y gerente médico senior de vacunas en GSK México con más de 10 años de experiencia, explicó qué es el herpes zóster, una enfermedad viral mejor conocida como culebrilla, que afecta principalmente a adultos mayores y personas con un sistema inmune debilitado. Este padecimiento puede provocar dolor intenso y crónico, afectando gravemente la calidad de vida de quienes la padecen. Conoce las causas, síntomas y la forma de prevención de esta afectación.

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¿El herpes zóster es lo mismo que la varicela?

La Dra. Huerta señaló que el herpes zóster es provocado por el virus varicela-zóster, el mismo que causa la varicela en la infancia.

Una vez que una persona ha tenido varicela, el virus permanece inactivo en el organismo, alojado en los nervios. Años después, puede reactivarse y aparecer como herpes zóster, generalmente cuando las defensas del cuerpo bajan,

-explicó la infectóloga pediatra para adn40.

Sin embargo, aunque la edad es el principal factor de riesgo, situaciones de estrés físico o emocional también pueden desencadenar el herpes zóster.

El estrés produce hormonas como el cortisol, que pueden debilitar el sistema inmune y permitir la reactivación del virus,

-explicó la experta.

Por ello, mantener un estilo de vida saludable —con ejercicio, buena alimentación y manejo del estrés— es fundamental para reducir el riesgo. Sin embargo, debido a que no siempre es posible controlar estos factores, la vacunación sigue siendo la mejor herramienta de prevención.

Herpes zóster
Getty Images
La infectóloga indicó que el tratamiento del herpes zóster se basa en medicamentos antivirales, los cuales deben administrarse lo antes posible para reducir la severidad y duración de la enfermedad.

¿Qué es el herpes zóster?

El herpes zóster es causado por el virus de la varicela zóster, el mismo que provoca la varicela durante la infancia. Aunque muchas personas creen que una vez superada la varicela están libres del virus, la realidad es diferente: El virus permanece “dormido” en el cuerpo, específicamente en los ganglios nerviosos, y puede reactivarse años después, especialmente a partir de los 50 años.

Esto ocurre debido al envejecimiento del sistema inmunológico, un fenómeno conocido como inmunosenescencia. Sin embargo, factores como:

  • El estrés.
  • Enfermedades crónicas (diabetes, hipertensión).
  • Tratamientos inmunosupresores.
  • Infecciones como el VIH también.

Pueden desencadenar su aparición, incluso en personas más jóvenes.

¿Cómo se transmite el herpes zóster?

La especialista aclaró que el herpes zóster no se transmite directamente de una persona a otra, pero el virus sí puede contagiarse a personas que nunca hayan tenido varicela o que no estén vacunadas.

Si alguien entra en contacto con el líquido de las ampollas de una persona con herpes zóster, podría desarrollar varicela. Esto ocurre más frecuentemente en personas no vacunadas o sin antecedentes de la enfermedad,

-puntualizó Gloria Huerta.

El herpes zóster no es una enfermedad que “se pega”, sino que surge cuando el virus ya presente en el cuerpo se reactiva, generalmente debido a la debilidad del sistema inmunológico.

Síntomas y desarrollo del herpes zóster

El herpes zóster se manifiesta a través de ampollas dolorosas que suelen aparecer en una zona específica del cuerpo, como:

  • Tórax.
  • Abdomen.
  • Rostro.

Estas ampollas, similares a las de la varicela, siguen un patrón lineal conocido como dermatomas, porque afectan a los nervios en zonas localizadas.

Los primeros signos del herpes zóster incluyen cosquilleo, picazón o dolor en la zona donde aparecerá la erupción. Posteriormente, se presenta un sarpullido rojo que evoluciona a ampollas llenas de líquido. Lo importante es el dolor agudo, descrito como una sensación de ardor, picazón, o incluso choques eléctricos.

Se trata de un dolor muy fuerte, que puede compararse con el dolor de parto o un infarto, pero que puede durar semanas, meses e incluso años si se complica. Eventualmente, las ampollas se secan, formando costras que se desprenden entre 2 y 4 semanas después,

-mencionó la especialista.

Una de las complicaciones más graves es la neuralgia posherpética, un dolor crónico que persiste después de que las ampollas han desaparecido. Esta condición puede impactar significativamente la calidad de vida, causando problemas emocionales, sociales e incluso laborales.

Tratamiento y complicaciones del herpes zóster

La infectóloga indicó que el tratamiento del herpes zóster se basa en medicamentos antivirales, los cuales deben administrarse lo antes posible para reducir la severidad y duración de la enfermedad. Además, se recetan analgésicos para controlar el dolor.

Sin embargo, advirtió que una de las complicaciones más comunes es la neuralgia posherpética, el dolor persistente en la zona afectada que puede durar meses o incluso años después de que las lesiones desaparecen.

La neuralgia posherpética puede afectar la calidad de vida de las personas, causando malestar constante y dificultad para realizar actividades cotidianas,

-agregó.

Prevención del herpes zóster: La importancia de las vacunas

La doctora Gloria Huerta destacó que la mejor manera de reducir el riesgo de desarrollar herpes zóster es a través de la vacunación. Actualmente, existen vacunas seguras y eficaces que pueden prevenir la reactivación del virus y disminuir la posibilidad de complicaciones graves.

La vacuna es especialmente importante en adultos mayores de 50 años o en personas con enfermedades crónicas que afectan su sistema inmunológico,

-recomendó.

Finalmente, la especialista enfatizó que el herpes zóster no debe tomarse a la ligera y exhortó a la población a consultar con su médico ante cualquier síntoma sospechoso.

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