Alimentos comprobados científicamente para controlar los síntomas provocados por la artrosis

Un estudio reciente publicado en The Lancet Rheumatology ha arrojado luz sobre la creciente incidencia de la artrosis, una enfermedad degenerativa de las articulaciones. Según este estudio, se estima que en 2050 habrá casi 1,000 millones de personas afectadas por esta afección en todo el mundo, lo que representa una tendencia preocupante que se ha observado en las últimas décadas.

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Si bien la artrosis es una enfermedad incurable , el enfoque se ha centrado en encontrar formas de prevenir, retrasar y gestionar sus síntomas. Uno de los enfoques más prometedores es a través de la alimentación, y en particular, la dieta mediterránea.

La Dra. Isabel Morales Ivorra, portavoz de la Sociedad Española de Reumatología (SER) y especialista en Reumatología en el Hospital de Igualada (Barcelona), enfatiza la importancia de la dieta mediterránea como una herramienta eficaz para controlar los síntomas de la artritis. Esta dieta se ha asociado con una disminución del riesgo de desarrollar artrosis, una mejora en la movilidad articular y una reducción del dolor, según diversos estudios científicos.

La dieta mediterránea se caracteriza por ser rica en antioxidantes, polifenoles, fibra, ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados, y baja en grasas trans y saturadas. Estas características le confieren propiedades antiinflamatorias y antioxidantes, lo que puede ayudar a prevenir la inflamación crónica de bajo grado, un factor importante en la artrosis.

Uno de los pilares de la dieta mediterránea es el aceite de oliva virgen extra, que se ha destacado por sus beneficios para la salud física y mental. El alto contenido de polifenoles en el aceite de oliva virgen extra le otorga propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, lo que puede reducir el dolor y mejorar la calidad de vida en pacientes con artrosis.

Además del aceite de oliva , otros alimentos recomendados en la dieta mediterránea incluyen cereales integrales, frutas, verduras, frutos secos (nueces, almendras, avellanas), legumbres, pescado azul y carnes blancas (pollo, conejo, pavo) en lugar de carnes rojas y procesadas. También se aconseja el consumo moderado de vino durante las comidas.

Por último, es esencial limitar el consumo de alimentos que pueden promover la inflamación crónica de bajo grado, como dulces, pasteles (especialmente bollería industrial) y carnes rojas y procesadas (embutidos, salchichas, hamburguesas).

La actividad física es otro componente importante para aliviar los síntomas de la artritis. Numerosos estudios han demostrado los efectos beneficiosos del ejercicio en pacientes con artrosis, y programas como Reumafit ofrecen recursos para encontrar ejercicios adecuados para cada situación.

En algunos casos, la suplementación con condroitín y glucosamina puede ayudar a aliviar el dolor y mejorar la función en pacientes con artrosis. Otros suplementos, como la vitamina D, extractos de aguacate y soja insaponificables, colágeno, cúrcuma y probióticos, también se están investigando por sus posibles beneficios en el manejo de la artritis. Se recomienda consultar a un profesional de la salud antes de comenzar cualquier suplementación.

La dieta mediterránea, el ejercicio regular y la suplementación adecuada son enfoques fundamentales para controlar los síntomas de la artritis y mejorar la calidad de vida de quienes la padecen. Consultar con un profesional de la salud es esencial para diseñar un plan de tratamiento personalizado.

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