¿Cómo cuidar tus pies si tienes diabetes?

La diabetes es una enfermedad que afecta la capacidad del cuerpo para producir o usar la insulina, una hormona que ayuda a las células a absorber el azúcar de la sangre y usarlo como energía. Cuando la diabetes no se controla bien, el nivel de azúcar en la sangre puede permanecer elevado por mucho tiempo , lo que causa daños en los nervios y los vasos sanguíneos. Esto puede provocar problemas en los pies, como úlceras, ampollas, dolor e infecciones que si no son tratadas a tiempo pueden generar graves consecuencias a la salud, inclusive la muerte. Esto es todo lo que debes saber sobre esta afección, según expertos.

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Los problemas de los pies en la diabetes son una complicación grave que puede tener consecuencias fatales. Aunque se pueden prevenir y tratar con un buen control del azúcar en la sangre y un cuidado adecuado de los pies, es importante estar atento a cualquier síntoma o cambio en los pies y consultar al médico lo antes posible. Así se puede evitar el empeoramiento de cualquier lesión y mejorar la calidad de vida de las personas con diabetes.

Estos algunos problemas que pueden generarse en los pies debido a la diabetes, según expertos para Medical News Today.

- Neuropatía diabética: Es la pérdida de sensibilidad en los pies debido al daño en los nervios. Esto hace que sea difícil sentir irritaciones, rozaduras, cortes o heridas en los pies. También puede alterar la forma de caminar y causar deformidades en los pies.

- Ampollas: La diabetes aumenta el riesgo de formar ampollas en los pies, ya sea por el roce de los zapatos o por una condición llamada bullous diabeticorum, que produce ampollas espontáneas sin causa aparente. Estas formaciones cutáneas pueden infectarse y complicarse si no se tratan a tiempo.

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- Úlceras diabéticas: Son heridas profundas y crónicas que se forman en los pies, especialmente en las zonas de mayor presión. Las úlceras pueden ser causadas por traumatismos, infecciones, mala circulación o neuropatía. Suelen tardar mucho en cicatrizar y requerir cuidados especiales para evitar complicaciones.

Según la publicación , alrededor del 7% de las personas con neuropatía periférica desarrollan úlceras de pie diabético cada año. La combinación de mala circulación y daño nervioso hace que la persona no note las úlceras hasta que son graves.

Si las úlceras llegan a infectarse, pueden extenderse al torrente sanguíneo, dañar los órganos y poner en peligro la vida de la persona. Además de aumentar el riesgo de gangrena y amputación.

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- Callos diabéticos: Son áreas engrosadas de la piel que se forman por la fricción o la presión. Los callos pueden ser dolorosos y dificultar el movimiento. También pueden ocultar úlceras o infecciones debajo de la piel.

- Infecciones en los pies: Son causadas por bacterias, hongos o virus que entran en contacto con las heridas o las lesiones en los pies. Las infecciones pueden provocar inflamación, enrojecimiento, calor, pus, mal olor y fiebre. En el caso de las personas diabéticas, otros tejidos y órganos también pueden verse afectados. Al igual que la forma del pie, lo que aumenta el dolor y la dificultad para caminar.

- Amputación: Se trata de la extirpación quirúrgica de una parte del pie o de toda la extremidad. Puede ser necesaria cuando hay una infección grave que no responde al tratamiento o cuando hay un riesgo de gangrena (muerte del tejido por falta de oxígeno) y para evitar que las infecciones se extiendan a otras partes del cuerpo, algo que eventualmente afecta la calidad de vida y la movilidad de las personas con diabetes.

- Muerte: La diabetes es una de las principales causas de muerte en el mundo. Los problemas de los pies pueden aumentar el riesgo de mortalidad, especialmente si hay complicaciones como sepsis (infección generalizada), insuficiencia renal o cardiovascular.

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- Pérdida de sensibilidad, entumecimiento u hormigueo en los pies
- Ampollas u otras heridas sin dolor
- Decoloración de la piel y cambios de temperatura
- Estrías rojas que indican una posible infección
- Heridas con o sin supuración
- Hormigueo doloroso que puede indicar una neuropatía
- Manchas en los calcetines que pueden indicar una úlcera sangrante

Si se desarrolla una infección, la persona también puede experimentar algunos de los siguientes síntomas:

- Fiebre
- Escalofríos
- Azúcar en sangre incontrolable
- Temblores
- Shock
- Enrojecimiento

- Retraso en la cicatrización de las heridas
- Mayor riesgo de infecciones recurrentes o resistentes a los antibióticos
- Pérdida de tejido y función del pie
- Necesidad de cirugía o amputación
- Disminución de la calidad de vida y la autoestima
- Aumento del gasto sanitario y social

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- Controlar el nivel de azúcar en la sangre con una dieta adecuada, ejercicio regular y medicación según las indicaciones médicas
- Revisar los pies todos los días, buscando signos de heridas, ampollas, callos, infecciones o cambios en la piel
- Limpiar los pies con agua tibia y jabón suave, secándolos bien, especialmente entre los dedos
- Aplicar una crema hidratante en los pies, evitando las zonas entre los dedos
- Cortar las uñas de los pies de forma recta y limar los bordes, evitando cortarlas demasiado o dejarlas muy largas
- Usar zapatos cómodos, de la talla adecuada y que no aprieten ni rocen los pies
- Usar calcetines limpios, suaves y sin costuras que no compriman ni irriten la piel
- Evitar caminar descalzo o con zapatos abiertos que puedan causar lesiones en los pies
- Evitar el uso de objetos cortantes, callosidades o productos químicos para tratar las heridas o los callos
- Acudir a revisiones periódicas con el podólogo para prevenir y tratar los problemas de los pies

Consulta al médico ante cualquier signo de problema en los pies, como heridas que no cicatrizan, infecciones, dolor o cambios en la sensibilidad.

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