Tomar antidepresivos podría hacerte emocionalmente aburrido o provocar que ya no encuentres placer, según estudio

Consumir algunos de los antidepresivos más comunes podría causarte un ‘apagón emocional’, según una investigación. Las personas que consumieron estos medicamentos reaccionaron con menor incidencia a estímulos positivos y negativos tras tomar un inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina (ISRS) durante tres semanas. El “embotamiento” de las emociones negativas podría ser una de las maneras en la que los fármacos ayudan a las personas a recuperarse de la depresión, pero también podría significar un efecto secundario frecuente.

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“En cierto modo, éste puede ser en parte su funcionamiento. Quitan parte del dolor emocional que sienten las personas que sufren depresión, pero por desgracia parece que también quitan parte del disfrute”, dijo la autora principal de la investigación, la profesora Barbara Sahakian, de la Universidad de Cambridge.

Estos resultados podrían ayudar a los pacientes a conocer más sobre el fármaco suministrado, pero “no hay duda de que los antidepresivos son beneficios”, añadió la experta. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS ), la depresión es uno de los trastornos mentales más comunes y se estima que en todo el mundo el 5% de los adultos padecen depresión. Por otro lado, los ISRS son los más utilizados y eficaces para la mayoría de los pacientes, aunque no para todos.

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Según el estudio, algunas personas que consumen el medicamento suelen sentirse “emocionalmente apagadas” o ya no encuentran las cosas tan placenteras como antes. Esto es aplicable para el 40-60% de las personas que lo consumen. Los expertos aún determinan si se trata de un efecto secundario un síntoma de la depresión.

En el estudio, publicado en la revista Neuropsychopharmacology, se administró a 66 voluntarios el antidepresivo ISRS escitalopram o un placebo durante al menos 21 días antes de realizar una serie de pruebas cognitivas. En casi todas las pruebas, incluidas las evaluaciones de la atención y la memoria, el fármaco no marcó ninguna diferencia. “El fármaco no afecta negativamente a la cognición; desde ese punto de vista, es muy bueno”, afirmó Sahakian.

Sin embargo, las personas que tomaban el ISRS respondían menos al aprendizaje por refuerzo, que requiere que las personas respondan a una retroalimentación positiva o negativa. A los participantes se les mostraban dos opciones en una pantalla, A y B. Seleccionando A se obtenía una recompensa cuatro de cada cinco veces, mientras que B sólo era recompensada una de cada cinco veces.

Después de unos cuantos turnos, la gente aprendió a seleccionar A. Cada cierto tiempo, se intercambiaban las probabilidades y se pedía al participante que aprendiera la nueva regla. El grupo de ISRS fue, de media, significativamente más lento a la hora de responder a estos cambios en la retroalimentación.

De acuerdo con los cuestionarios aplicados en el estudio, las personas que consumieron el antidepresivo escitalopram declararon tener más problemas para alcanzar el orgasmo durante las relaciones sexuales, otro efecto secundario que los pacientes señalan con frecuencia.

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Sahakian afirmó que los resultados podrían ser útiles para los pacientes. “Al menos pueden ser conscientes de ello. A algunas personas se les pueden ofrecer distintas formas de tratamiento, sobre todo si no han llegado al hospital con una enfermedad grave.”

La profesora Catherine Harmer, de la Universidad de Oxford, dijo que el trabajo aportaba datos importantes sobre la acción de los fármacos ISRS que son relevantes para los pacientes y también podrían ayudar a orientar el desarrollo de fármacos con un perfil de efectos secundarios mejorado. Pero aclaró que es “preocupante” que las personas interpreten el consumo de estos antidepresivos como algo negativo.

“Este es exactamente el tipo de trabajo que necesitamos, pero esto no afecta a todo el mundo: cada persona es única, y los tratamientos siguen siendo terapéuticos”, añadió.

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