Qué microorganismos pasamos en un beso, ¿cuáles son un riesgo?

Un beso es el reflejo del cariño y/o la pasión, sin embargo durante este acto, se intercambian muchos microorganismos que pueden representar un riesgo para la salud.

Aunque no lo creas, la mayoría de las bacterias del ser humano se encuentran en la boca, se estima que pueden albergar alrededor de 700. La razón es que la cavidad oral se convierte en un lugar que posee un suministro constante de nutrientes, además la saliva proporciona un ecosistema ideal: húmedo y con una temperatura moderada.

Las bacterias de la boca de una persona, inician desde el nacimiento y a lo largo de la vida estas se van modificando en función de lo que se consume, aunque también existen otros factores como la higiene, la edad y la genética que influyen en la composición de los microorganismos.

Las bacterias pueden establecerse en diferentes partes de la boca, en dientes, encías y lengua, esto se debe principalmente a que cada zona tiene condiciones diferentes de oxígeno y nutrientes que hacen que la comunidad de microorganismos permanezca.

Pero no todo es tan malo, ya que también existen ciertas bacterias que aportan beneficios, ayudan a la digestión y mantienen en mejores condiciones al sistema inmunitario, incluso los expertos apuntan a que algunas pueden regular la presión arterial.

De acuerdo a un estudio realizado por la Organización para la Investigación Científica Aplicada, en Holanda, un beso boca a boca, con una duración de 10 segundos, puede transmitir hasta 80 millones de microorganismos.

Al dar un beso, es muy fácil que las bacterias puedan transferirse de una boca a otra, sin embargo, cuando esto sucede, el sistema inmunitario de cada persona reacciona. En este sentido, la saliva concentra un tipo de anticuerpos llamados IgA, que intentan bloquear la adhesión de las bacterias.

Por lo tanto, aunque el beso transfiera muchos microorganismos, la mayoría son transitorios, es decir apenas llegan a la boca, son tragados y pasan directamente hacia el intestino para ser eliminados; por ende, son pocos los que permanecen en la cavidad bucal.

Cuando la saliva, la comida y los fluidos se combinan, producen bacterias que se acumulan en la unión entre dientes y encías, generando la famosa placa dental. A su vez, esta produce ácidos que atacan el esmalte de los dientes y que pueden dañar las encías.

El no combatir este problema puede representar un riesgo irreversible, que incluso podría dañar el tejido que sostiene a los dientes y producir periodontitis.

Los grupos de microorganismos que viven en la boca, y que se transmiten al dar un beso son los siguientes, algunos representan un riesgo mayor, aunque conforme el tiempo, todos podrían derivar en consecuencias graves:

• Streptococcus, Lactobacillus y Scardovia son responsables de la caries .
• Porphyromonas asociadas principalmente al desarrollo del “complejo rojo”, esta bacteria manipula el sistema inmunitario y produce una toxina que se ha encontrado recientemente en cerebros post mortem de personas que padecían alzhéimer.
• Actinomyces tienen una gran facilidad para transmitirse y son una de las más comunes entre las parejas.
• Otros microorganismos que se pueden transmitir en un beso son las Rothia, Neisseria, Gemella, Granulicatella, Haemophilus, Veillonella y Fusobacterium.

De igual forma, los microorganismos que se relacionan con la halitosis -mal aliento que se produce tras la acumulación bacteriana-, se albergan generalmente en la lengua, de ahí la importancia de hacer un lavado de dientes eficaz después de cada comida.

Los casos mencionados se relacionan solamente con microorganismos, pero en realidad, un beso también conlleva un riesgo extra, ya que, puede transmitir otras enfermedades respiratorias, herpes labial, candidiasis e incluso paperas.

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