¿Los antibióticos afectan el desarrollo de nuestro cerebro?
El consumo en grandes dosis de antibióticos puede interfieren en el desarrollo del cerebro, sobre todo en las áreas sociales
¿Alguna vez habías escuchado que las grandes dosis de antibióticos pueden interferir en el desarrollo de ciertas áreas del cerebro? Esta premisa aún no está demostrada en humanos, sería muy difícil probarlo éticamente, pero sí existe evidencia de que esto ocurre en los ratones. La investigación de la doctora Katerina Johnson , de la Universidad de Oxford, ha confirmado que el suministro de antibióticos en ratones jóvenes afecta las partes del cerebro involucradas en el comportamiento social y emocional.
Johnson descubrió que los el cerebro de los ratones se veía afectado en tres importantes vías en la corteza frontal: el control de las interacciones sociales, el estado de ánimo y la personalidad. Se cree que lo mismo puede pasar en humanos; de hecho, se ha demostrado que los bebés que son tratados con antibióticos en el primer año de vida tiene una mayor probabilidad de tener dificultades para socializar con otros niños durante la infancia.
De acuerdo al artículo publicado por la BMC Neuroscience , la investigación se llevó a cabo con la aprobación ética y una licencia del Ministerio del Interior del Reino Unido, otorgada en virtud de la Ley de Animales; ya que se mantuvo a ocho ratones con antibióticos durante algunas semanas, comprobando que las bacterias intestinales sí pueden afectar el estado de ánimo y la personalidad.
Antibiotic treatment during key neurodevelopmental periods - childhood and adolescence - may negatively affect brain signalling pathways involved in social behaviour and pain regulation, as shown in this study published in #BMCNeurosci: https://t.co/9H1MJX8X0e pic.twitter.com/oShlFLZVWI
— BMC Series (@BMC_series) August 21, 2020
En conclusión, se reveló que la exposición temprana a los antibióticos puede tener posibles efectos en las vías cerebrales que median el comportamiento social y emocional, así como afecciones neuropsiquiátricas como el autismo, la depresión y la ansiedad.
Johnson es una apasionada por neurobiología; su hallazgo previo a este fue que las personas que tienen una mayor tolerancia al dolor tienen más amigos, ahora comprueba que en los roedores la ingesta excesiva de antibióticos interfiere en el desarrollo de las interacciones sociales y su próximo proyecto es conocer el efecto que podría tener en los ratones una alimentación a base de probióticos o ácidos grasos.
Sin duda, el estómago tiene una mente propia y todo lo que entra en él (alimentos, bebidas y hasta antibióticos) genera ciertos efectos en el cerebro, tantos que aún hoy en día, los científicos lo siguen estudiando a fin de conocer más sobre el funcionamiento del cuerpo humano.
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