El volumen también danza: la rebeldía coreográfica de Marco Santana

Marco Santana desafía las normas de la danza con coreografías que celebran cuerpos voluminosos y temas sociales profundos.

Compartir:

Marco Santana relata cómo su experiencia en la escuela de danza lo llevó a desafiar los estándares corporales convencionales en este ámbito. Expone que, debido a su complexión de hueso ancho, no encajaba en las expectativas tradicionales de cuerpo delgado. Esta vivencia fue el origen de su coreografía “El volumen también se mueve”, que invita al escenario a personas de cuerpos redondos y voluminosos para demostrar que estos cuerpos poseen la misma capacidad de movimiento, elasticidad y plasticidad que los cuerpos considerados convencionales.

En otro proyecto coreográfico, Santana explora los temas sociales y las emociones alrededor de las bodas. Se inspiró en su curiosidad infantil sobre lo que sienten las novias al caminar al altar. Su coreografía representa a mujeres en diversas situaciones: casadas por amor, por interés, o incluso forzadas. Por ejemplo, caracteriza a una novia que se casa por interés con un ramo de girasoles, mientras que a una novia enamorada le asigna gardenias por su aroma distintivo, que para él simboliza el amor auténtico.

Santana también recuerda uno de sus personajes más intensos en la obra “Tierno abril nocturno”, sobre la vida en prisión. En esta puesta en escena, él representó a un recién encarcelado enfrentando una violenta iniciación. Considera un papel emocionalmente desafiante, llevándolo a una entrega tan profunda que, en una ocasión, olvidó los límites de la actuación.

Finalmente, el coreógrafo menciona que su trayectoria está marcada por una “rebeldía” nacida de no encajar en los estándares del mundo de la danza y de haberse sentido etiquetado como “el gordito”. Esto lo motivó a llevar la danza a reclusorios y centros tutelares, lugares donde, considera, el público está ávido de experimentar el arte y participa con gratitud.