Inflación en México: Un desafío persistente y con pronósticos inciertos

La inflación en México ha sido una preocupación persistente desde 2022. A pesar de las expectativas iniciales de que la inflación se reduciría rápidamente con la normalización de la oferta de alimentos y combustibles, la realidad ha demostrado lo contrario.

Actualizado el 12 septiembre 2024 20:48hrs
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La inflación en México ha sido una preocupación persistente desde 2022. A pesar de las expectativas iniciales de que la inflación se reduciría rápidamente con la normalización de la oferta de alimentos y combustibles, la realidad ha demostrado lo contrario. La inflación global ha persistido más de lo anticipado, y México se encuentra entre los 25 países con mayores resistencias a la disminución de precios.

Para el cierre de 2024, se estima que la inflación en México se situará por encima de la meta del Banco de México, con un rango proyectado entre el 4% y el 4.6%. Se espera que la inflación se acerque al objetivo del 3% para finales de 2025, pero advierte que este pronóstico es incierto y sujeto a cambios.

En cuanto a las áreas de mayor resistencia inflacionaria, los precios de los alimentos y servicios están afectando gravemente el bolsillo de los consumidores. Las sequías del año pasado y el exceso de lluvias en el presente han impactado negativamente en la oferta de alimentos, elevando los precios de productos como el jitomate y frijol. Además, los servicios, como la vivienda y la educación, también están impulsando la inflación.

Sobre la inflación subyacente, la cual mide los precios de productos y servicios que no están tan influenciados por las fluctuaciones de oferta y demanda como los alimentos y combustibles, ha mostrado signos de desaceleración, factores como el aumento en los precios de los servicios educativos y de vivienda están complicando la reducción de la inflación general.

La reciente reducción de la tasa de interés en un cuarto de punto ha generado debate en Banxico. Algunos consideran que esta medida es inapropiada debido a la persistencia de la inflación en productos esenciales, mientras que otros argumentan que la tasa baja es necesaria debido a la tendencia a la baja de la inflación subyacente. Es necesario una coordinación efectiva entre la política monetaria y fiscal para manejar los desafíos económicos actuales.

La volatilidad del tipo de cambio, especialmente el aumento reciente del dólar podría incrementar los costos de importación y, por ende, los precios finales para los consumidores, exacerbando la presión inflacionaria.